“Almsgiving” is a word that most of us rarely hear in normal, everyday conversation, yet the concept is an ancient one. It is deeply rooted in the Christian, Judaic, and Islamic Faith Traditions, and is most often associated with the concept of justice and charity.
Within the Christian Tradition, almsgiving is viewed as an act of love and justice. A look at the worldwide view of almsgiving shows that Muslims approach almsgiving as a necessary action of Faith; (one of the five pillars of their tradition) and in Judaism it is looked upon as “righteousness” – the recognition that all we have is “gift” and the obligation to reach out to others as a form of justice and accountability.
Los católicos parecen tenerle miedo a la evangelización. Tendemos a no usar la palabra evangelizar en nuestro vocabulario. Esto es desconcertante porque la evangelización por lo general es una parte hermosa de nuestra fe y de nuestra misión como seguidores de Jesús. Sencillamente, la evangelización es compartir la Buena Nueva. Estamos llamados a compartir la Palabra con todos aquello con quienes nos encontremos.
Al celebrar la Fiesta de la Sagrada Familia, reflexionamos sobre la importancia de la familia en nuestra vida y en la vida de la Iglesia. El Papa Francisco lo resalta en su exhortación papal La alegría del amor (Amoris laetitia).
El Papa escribe que las familias son esenciales para la vida y misión de la Iglesia Católica y observa que “la Iglesia es un bien para la familia, la familia es un bien para la Iglesia” (87). Indica que la familia es la “iglesia doméstica”, una frase que proviene del documento Lumen Gentium (11) del Concilio Vaticano II. Francisco nos dice que la Iglesia es, de hecho, “una familia de familias, donde se armonizan los aportes de las pequeñas comunidades, movimientos y asociaciones eclesiales”.